Las narrativas transmedia

En busca de una definición

Las narrativas transmedia conocidas como Transmedia storytelling, constituyen relatos donde la historia se despliega a través de múltiples medios y plataformas de comunicación, y en los cuales las audiencias o al menos una parte significativa de ellas asumen un rol activo en ese proceso de expansión.
Desde la perspectiva de la producción, requieren crear contenidos que atraigan a las audiencias utilizando diferentes técnicas para impregnar su vida diaria, y convierten a los destinatarios en “prosumidores”,  un novedoso rol activo que contribuye en el proceso de creación de sentido y producción de los contenidos.
Para lograr ese enganche o engagement con el público, una producción transmedia desarrollará historias a través de diferentes formatos mediáticos para generar productos únicos para cada canal. Esos contenidos estarán abiertos o sutilmente ligados entre sí, y existirá una sincronía narrativa entre ellos.
Para que el contenido del relato transmedia funcione, el usuario deberá recorrer las distintas plataformas y así logrará una experiencia más significativa.

Henry Jenkins  en su libro "Convergence Culture", califica a la narración transmediática como una nueva estética surgida como consecuencia de la convergencia de los medios. Lo considera el arte de crear mundos. También denomina a la convergencia como la relación de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas y la intención de crear el recorrido que se espera que la audiencia realice por parte de las distintas plataformas.
El autor considera que aunque puedan existir sugerencias, no existe un orden pre establecido para consumir el contenido de cada una de las producciones transmedia, pero mientras más se consuma, más comprensión habrá sobre ella.
Cada uno de los medios relata una experiencia única e independiente de los otros.
El concepto transmedia storytelling o narrativa transmedia fue introducido por Henry Jenkins en un artículo publicado el año 2003 en la revista especializada Technology Review, con el objetivo de definir la técnica narrativa basada en la creación de diferentes mundos narrativos que se desarrollan a través de múltiples medios y plataformas.
Integrando experiencias, muchas de las cuales son de carácter interactivo se establecen una múltiple secuencia narrativa.
A diferencia de otras técnicas, la narrativa transmedia se basa en la creación de mundos que desarrollan historias complementarias a través de distintos medios o plataformas. Cada una de estas plataformas muestra una parte de la historia diferente a las demás y cada una de ellas aporta una información diferente y complementaria en el continuum narrativo.
En 2007, el propio Jenkins publicó en su blog “Confessions of an Aca-Fan”, un decálogo de lo que consideraba que se podía definir como Narrativas Transmedia en un post titulado “Transmedia Storytelling 101”. 



En su Decálogo inicial, Jenkins indicaba que… 
1.            La narración transmediática representa un proceso en el que los elementos integrales de una obra de ficción se esparcen sistemáticamente a través de muchos canales de distribución con el propósito de crear una experiencia de entretenimiento unificada y coordinada. Lo ideal es que cada medio proporcione su propia contribución original al desarrollo de la historia.

2.            La narración transmediática refleja la economía de la consolidación de los medios de comunicación, o lo que los comentaristas de la industria han dado en llamar “sinergia”. Las compañías modernas de estos medios están integradas de forma horizontal, es decir, tienen intereses a través de una serie de industrias de los medios que antaño estaban completamente separadas.
La configuración actual de la industria del entretenimiento ha hecho de la expansión transmediática un imperativo económico, y aun así los mejores artistas transmediáticos también se mueven por estas presiones de mercado para crear una historia más expansiva e inmersiva de lo que habría sido posible de otra manera. 

3.            Muy a menudo, las historias transmediáticas están basadas no en personajes individuales o tramas determinadas, sino en mundos ficticios complejos que pueden sostener múltiples personajes interrelacionados entre sí, así como sus historias. Este proceso de creación de mundos fomenta un impulso enciclopédico tanto en los lectores como en los escritores.

4.            Las extensiones pueden servir una serie de funciones diferentes. Por ejemplo, la BBC usó radioteatro para mantener el interés de la audiencia en Doctor Who durante casi una década durante la cual no se produjeron nuevos episodios de televisión.
La extensión puede proporcionar un mayor conocimiento de los personajes y sus motivaciones (como es el caso de las páginas web de Dawson’s Creek y Veronica Mars que reproducen la correspondencia imaginaria o diarios de sus personajes), puede dar cuerpo a ciertos aspectos del mundo ficticio (como la versión en red del Daily Planet publicado cada semana por DC comics durante el recorrido de su serie 52 para “informar” sobre los sucesos que ocurrían a lo largo del universo de sus superhéroes), o puede servir de conexión entre eventos aparecidos en una serie de secuelas (como en la serie animada, The Clone Wars, que fue retransmitida en Cartoon Network para conectar el lapso de tiempo entre Star Wars II y III).
La extensión puede añadir una mayor sensación de realismo a la ficción en conjunto (como ocurrió cuando se produjeron falsos documentos y líneas temporales para la página web asociada con The Blair Witch Project (El proyecto de la bruja de Blair) o, de una forma diferente, las películas documentales y CD-roms producidos por James Cameron para proporcionar un contexto histórico a Titanic).

5.            Las narraciones transmediáticas pueden expandir el mercado potencial de una propiedad a base de crear diferentes puntos de entrada para distintos segmentos de la audiencia. Así, por ejemplo, Marvel produce comics que cuentan la historia de 5 Spider-man de formas que creen que serán particularmente atractivas para las mujeres (un comic de romance, Mary Jame Loves Spiderman) o los jóvenes (libros para colorear o de dibujos de las historias clásicas de los comics).
De forma parecida, esta estrategia puede servir para atraer a espectadores que se sienten cómodos con un cierto medio a experimentar con plataformas mediáticas alternativas (como es el caso del desarrollo de un videojuego de Desperate Housewives diseñado para atraer a consumidoras mayores al mundo de los videojuegos).

6.            En casos idóneos, cada episodio individual debe ser accesible a través de sus propios términos al mismo tiempo que realiza una contribución original al sistema narrativo como un todo.
El diseñador de videojuegos Neil Young acuñó el término “comprensión aditiva” para referirse a la forma en que cada nuevo texto añade una nueva pieza de información que nos fuerza a revisar nuestra comprensión de la ficción en sí.
Los productores transmediáticos han encontrado dificultades a la hora de conseguir el delicado equilibrio entre crear historias que tengan sentido para el espectador primerizo y añadir elementos que mejoren la experiencia de aquellos que estén leyendo a través de distintos medios.

7.            Debido a que las narraciones transmediáticas requieren un alto grado de coordinación entre los diferentes sectores mediáticos. Hasta ahora ha funcionado mejor en proyectos independientes donde el mismo artista da forma a la historia a través de todos los medios involucrados, o en proyectos donde se valora una fuerte colaboración (o co-creación) a través de las diferentes divisiones de la misma compañía.
La mayoría de las franquicias mediáticas, sin embargo, se gobiernan no por la co-creación (lo cual conlleva concebir la propiedad en términos transmediáticos desde el principio) sino a través de las licencias (que implica que la historia se origine en un medio y los medios subsiguientes se mantengan subordinados al texto maestro original).

8.            Las narraciones transmediáticas son la forma estética ideal en una era de inteligencia colectiva. Pierre Levy acuñó este término, inteligencia colectiva, para referirse a estructuras sociales nuevas que permiten la producción y circulación de conocimiento a lo largo de una sociedad conectada.
Los participantes acumulan información y aprovechan el conocimiento experto unos de otros mientras trabajan juntos para resolver problemas. Levy sostiene que el arte en una era de inteligencia colectiva, funciona como un imán cultural, atrayendo entre sí a individuos que piensan igual para formar nuevas comunidades de conocimiento.
Las narraciones transmediáticas también funcionan como activadores textuales, poniendo en marcha la producción, evaluación y almacenamiento de la información. Expanden lo que se puede saber sobre un mundo ficticio particular al tiempo que se propaga esa información, asegurándose de que ningún consumidor lo sabe todo y que tienen que hablar con otros sobre la serie (tómese, por ejemplo, los centenares de criaturas que aparecen en Pokémon o Yu-GiOh!).
Los consumidores se convierten en cazadores y recolectores que se mueven a lo largo de las distintas narraciones, intentando hilar entre sí un todo coherente a partir de la información dispersa.

9.            Un texto transmediático no se limita a dispersar información, sino que proporciona una serie de roles y metas que los lectores pueden asumir mientras recrean aspectos de la historia a lo largo de su vida diaria.
Podemos observar esta dimensión representativa en acción con la venta de figuras de acción, que animan a los niños a construir sus propias historias sobre los personajes ficticios, o los trajes y los juegos de rol que nos invitan a sumergirnos en el mundo de ficción.

10.         La ambición enciclopédica de los textos transmediáticos normalmente resulta en lo que puede ser visto como lagunas o excesos en el desarrollo de la historia: es decir, introducen tramas potenciales que no se pueden contar por completo o detalles adicionales que apuntan a más de lo que se puede revelar.
Los lectores, por tanto, tienen un gran incentivo para seguir desarrollando esos elementos narrativos, trabajando con ellos a través de sus especulaciones, hasta que cobran vida por sí mismos.  El fan fiction puede ser visto como una expansión no autorizada de esas franquicias mediáticas hacia nuevas direcciones que reflejan el deseo del lector de “rellenar las lagunas” que han descubierto en el material del producto comercial.

Años más tarde, en 2009, el propio Jenkins definió los 7 principios fundamentales del Transmedia Storytelling:

1.            Expansión (Spreadability) vs Profundidad (Drillability):
Se refiere a la capacidad de los ciudadanos para participar en la difusión de los contenidos multimedia mediante las redes sociales y en el proceso de ampliar su valor económico y valor cultural. La profundidad es la habilidad de penetración de una persona dentro de las audiencias hasta encontrar el núcleo duro de seguidores de la obra.

2.            Continuidad (Continuity) vs. Multiplicidad (Multiplicity):
Las narrativas transmedia deben tener un sentido de la continuidad a través de todas las plataformas en las que se expresan para ser coherentes y creíbles pero a la vez deben seguir una lógica de multiplicidad para que los consumidores disfruten de narrativas alternativas aparentemente incoherentes respecto al mundo narrativo original.

3.            Inmersión (Immersion) vs. Extraibilidad (Extractability):
La inmersión es la capacidad de los consumidores de entrar en mundos ficticios, mientras que la extraibilidad es coger algún elemento de ese relato de ficción y llevarlo al mundo real, por ejemplo, a través de los gadgets (juguetes, videojuegos, etc.) con los que podemos crear nuevas historias.

4.            Construcción de mundos (Worldbuilding):
La creación de un mundo que puede soportar múltiples personajes e historias a través de múltiples medios de comunicación. El concepto de la construcción del mundo está estrechamente vinculado a los principios de inmersión y extraibilidad, ya que ambos representan formas para que los consumidores participen de manera más directa con los mundos representados en las narraciones.

5.            Serialidad (Seriality):
Las nuevas narrativas siguen la tradición de la industria cultural del siglo XIX pero no se organizan en una secuencia lineal en un solo medio, sino que se dispersan a través de múltiples plataformas y se ofrecen fragmentadamente para que las partes pueden ser consumidas dentro de cualquier orden mientras se va desplegando la historia.

6.            Subjetividad (Subjectivity):
Responde al interés de los lectores de comparar y contrastar las múltiples experiencias subjetivas de los hechos que se consigue por la presencia de muchas perspectivas y voces diferentes (muchos personajes e historias).

7.            Realización (Performance):
La habilidad de las narrativas transmedia de convertir el fan en una parte de la narrativa. Describe el papel de los prosumidores dentro de la narración como creadores de una parte del relato, dándole continuedad o bien con una historia paralela, expandiendo así esos mundos narrativos.

Según Omar Rincon, “Transmedia es el uso de todas las pantalla y todas las prácticas para narrar de distintas maneras la experiencia comunicativa. Todo entra en la coctelera, los textos, los géneros, los formatos…”
Una circunstancia clave en la transmedia en la actividad de los denominados fans, aquellos que participan y crean nuevos relatos y expanden el universo de ficción.

Carlos Scolari,  sostiene que “Cada vez que se habla de transmedia storytelling terminamos mencionando increíbles experiencias crossmedia nacidas al calor de las nuevas series televisivas, largometrajes o literarias.
Los libros sobre narrativas transmediáticas suelen estar centrados en las producciones de ficción. Sin embargo, define una narrativa transmediática a partir de dos variables:          
1.- La historia se cuenta a través de varios medios y plataformas.
2.- Los prosumidores también colaboran en la construcción del mundo narrativo.
Scolari  incorpora el concepto de “fandom” (el relato generado por los fans) Los usuarios toman un fragmento de la historia y participan de la continuidad del desarrollo narrativo.”
En su libro “Narrativas Transmedia, cuando todos los medios cuentan”, Scolari dice: “Cada medio hace un aporte a la construcción del mundo narrativo; evidentemente, las aportaciones de cada medio o plataforma de comunicación difieren entre sí.
Tal como explica Jenkins, en las narrativas transmedia cada medio «hace lo que mejor sabe hacer: una historia puede ser introducida en un largometraje, expandirse en la televisión, novelas y cómics, y este mundo puede ser explorado y vivido a través de un videojuego. Cada franquicia debe ser lo suficientemente autónoma para permitir un consumo autónomo. O sea, no debes ver la película para entender el videojuego, y viceversa».
En un texto posterior, Jenkins reafirmará que las narrativas transmedia son «historias contadas a través de múltiples medios. En la actualidad, las historias más significativas tienden a fluir a través de múltiples plataformas mediáticas».
Siguendo a Scolari, las Narrativas Transmedia son una particular forma narrativa que se expande a través de diferentes sistemas de significación (verbal, icónico, audiovisual, interactivo, etc.) y medios (cine, cómic, televisión, videojuegos, teatro, etc.).
No son simplemente una adaptación de un lenguaje a otro: la historia que cuenta el cómic no es la misma que aparece en la pantalla del cine o en la microsuperficie del dispositivo móvil.
Una estrategia tradicional de las empresas de comunicación se basaba precisamente en desarrollar la misma historia en diferentes medios o lenguajes, por ejemplo la trilogía El Señor de los Anillos de J. R. Tolkien —llevada al cine por Peter Jackson con un gran respeto por los textos originales— o la versión en cómic de la película Alien: Resurrección (Jeunet, 1997) a cargo de James Vance (guión) y Eduardo Rizzo (dibujo).
Pero cuando se hace referencia a las Narrativas Transmedia no estamos hablando de una adaptación de un lenguaje a otro, por ejemplo del libro al cine, sino de una estrategia que va mucho más allá y desarrolla un mundo narrativo que abarca diferentes medios y lenguajes.
El relato se expande, aparecen nuevos personajes o situaciones que traspasan las fronteras del universo de ficción. Esta dispersión textual que encuentra en lo narrativo su hilo conductor —aunque sería más adecuado hablar de una red de personajes y situaciones que conforman un mundo— es una de las más importantes fuentes de complejidad de la cultura de masas contemporánea.”
Las Narrativas Transmedia en el periodismo

Olga Lucía Lozano , periodista colombiana experta en innovación, señala que “Cada historia corresponde a realidades distintas. Si nos atenemos a que la razón de ser del periodismo es contar historias y circularlas, hay que desentrañar la esencia de cada relato y elegir las aplicaciones, herramientas de articulación narrativa, graficación y mecanismos de circulación que mejor ayuden a conseguir los objetivos planteados y que sean más eficientes a la hora de narrar.
En ningún caso la tecnología o el diseño deben someter al relato periodístico, al contrario, deben ser piezas de un rompecabezas que se unen para enriquecerlo y permitirle encontrar significados y caminos de evolución mucho más profundos y potentes.”
Según Lozano “No se trata de ponerlo todo y mezclarlo, los recursos deben ser pensados, deben ser herramientas que en sí mismas nos ayuden a identificar y generar nuevos formatos. Al final, la sofisticación y la simpleza son lo mismo, esa es la clave”.
La autora considera además que “Las narrativas transmedia permiten contar o generar historias articulando nodos de contenido realizados para diversas plataformas de circulación. Por lo tanto, nos permiten a su vez crear piezas respondiendo a las realidades y requerimientos de las diversas perspectivas y enfoques que pueden converger en un mismo relato, sin necesidad de adaptar todos los datos y fragmentos a un mismo género o lenguaje. Igualmente, nos permiten tener una mirada más amplia y profunda sobre los públicos y determinar qué piezas se orientan a qué tipo de usuarios. Aunque es un concepto relativamente viejo, ha ganado visibilidad nuevamente por las posibilidades propias de la red para tejer narrativas online y offline y crear espacios de participación directa con los usuarios, quienes en la mayoría de casos terminan siendo coautores de los proyectos. Sin embargo, su camino de exploración es más amplio, pues si se revisa la manera como se produce un transmedia y sus características primordiales, claramente es un buen camino para otorgar roles propios a cada medio, a cada lenguaje, sin que uno prime sobre otro.
Los periodistas tenemos unas misiones que son claras y nuestras metodologías de trabajo responden a unos criterios éticos y unos modelos de trabajo que no cambian en su esencia. Quizás cambien las funciones diarias, al menos mientras se insiste en mantener los viejos modelos de las salas de redacción, las cuales se parecen cada vez menos a los sistemas de trabajo de estas generaciones. Cuando se trabaja con personas de otras disciplinas, lo ideal es compartir metodologías, trabajar juntos en los procesos, sin perder de vista que lo nuestro es el periodismo y que por tanto debemos responder a unos principios básicos de investigación: tener fuentes diversas, verificar más de dos veces los datos recolectados, contrastar los resultados de investigaciones en campo real, etc. Y esos estándares deben aplicarse a todas las piezas, más allá de que el resultado narrativo sea una pieza visual artística. Obviamente hay que verlo también desde el papel que la pieza juega en el relato general y la manera como se tomaron prestados formatos de otras disciplinas para narrar historias periodísticas. Pero como en todo: el objetivo siempre es contar más y mejor... ya sea creando desde el caos o desde la lógica racional.
Ya no basta con que narremos lo que pasa, por eso cada vez más los usuarios experimentan con formatos de periodismo de inmersión e interactivos: vídeos en 360 grados que simulan experiencias supuestamente reales, por ejemplo. Ya no se trata del periodismo de inmersión en donde un autor guía a través de su experiencia, sino de un tipo de periodismo en donde todas las experiencias suman para construir una realidad y una escenografía particular que da cuenta de un mundo más rico y contrastado. En ese sentido, hoy el tiempo real se concibe a partir de la experiencia de producción, desde la mirada de los autores, y el juego de invisibilización del yo que coordina, dirige o genera piezas.
Los formatos transmedia, en ese sentido, abren la posibilidad a generar diversas piezas para medios distintos de circulación, y permiten entender y aplicar que el tiempo real se compone de instantes distintos. Hay contenidos que corresponden a la idea de la última hora (del autor, porque los usuarios tienen sus propios relojes), otros que se trabajan desde la coyuntura, pero con la idea de construir relatos de largo aliento; y otros que son completamente generados y articulados por los usuarios a partir de su propia concepción de tiempo y espacio.
Es un momento en que parecen existir mil posibilidades técnicas para experimentar con este tipo de transmisiones, pero el asunto es que pocas se conceptualizan y piensan como piezas más potentes y menos efímeras. El tiempo real es lo menos efímero que existe en periodismo.  Hoy los contenidos dependen de varios factores como la plataforma, el contexto, el tiempo, la interacción que genere.
Cuando el posmodernismo estaba caliente en los 90, de nuevo el debate parecía centrarse en qué era el arte, no desde el punto de vista de las definiciones doctas de enciclopedia, docente o crítico; sino como respuesta a las múltiples provocaciones derivadas del trabajo de diversos creadores. Esa pregunta, - que en arte se reencaucha cada tanto como si a alguien le importara en realidad o como si hubiese un listado de calificaciones que permita encajar o no una propuesta en una categoría sublime o en una inferior-, al periodismo la ronda hace años... desde que el nuevo periodismo puso nerviosos a algunos y desde que la red nos puso la vida en blanco en frente a todos.
Un relato periodístico es todo lo que los usuarios validan como tal, sin importar la fuente original o si un medio valida su existencia o si se logra encajarlo en un género existente. Las buenas piezas, las que incluyen datos, dan cuenta de un contexto, extienden el universo más allá del punto mínimo geográfico en que tuvieron lugar y abren la puerta a decenas de historias que continuarán el mismo relato... son periodismo. Más allá de que nos produzcan risa, indignación o ganas de contar nuestra propia historia al respecto.
Marta Franco , en el post “Un nuevo camino para la narración multimedia” señala que las historias ya no están cerradas en un solo medio, sino que actúan como en una producción integrada. Ahora el relato se entiende como una experiencia de inmersión total y se cuenta a través de múltiples medios y con la participación de los prosumidores.
Contar historias en internet es un mundo lleno de nuevas posibilidades, donde la linealidad se rompe. El relato ya no es finito, las fórmulas narrativas tienden a mezclarse y los formatos no son únicos ni significan el origen del contenido. Explicar lo que acontece con nuevas armas narrativas forma parte de la cambiante realidad informativa actual.
En periodismo también entra en juego la narrativa transmedia. Las historias se extienden a otras plataformas usando diversas tecnologías digitales.
Así, el relato se entiende como una experiencia. Entrar en un mundo nuevo e interactuar con el contenido, a la vez que los recursos y las maneras de consumir la información se multiplican.
Además, el espectador es más activo que nunca por lo que es imprescindible conseguir el entretenimiento y captar su atención. Quizás por eso la estética del videojuego inunda las narraciones y se reinventan técnicas audiovisuales como el stop motion, el time lapse, el slideshow y la tipografía kinética, al mismo tiempo que se potencia la realidad aumentada, las webcams, la geolocalización y los canales de medios sociales para conseguir una inmersión total del espectador.
Paralelamente, en un momento en el que el Open Data está en su máximo esplendor, crece la fascinación por la visualización de los datos, una de las claves de futuro para el periodismo digital y sus nuevos profesionales.
Y es que las maneras de contar las historias han evolucionado mucho gracias a los cambios en los hábitos de consumo generados por la llegada de los procesos de digitalización y, sobre todo, Internet.
Eso explica porqué los medios y el público tanto ahora como antes siguen necesitando buenas historias y apuestas inteligentes reinventando, eso sí, la forma en la que son contadas. En todo éste cambio narrativo los medios tienen que ayudar a que los usuarios sean activos en el proceso de expansión del producto transmedia, si no difícilmente el público actuará.
En la actualidad muchos medios de comunicación trabajan la interactividad para narrar algunas de sus historias. La democratización de Internet y la irrupción de las redes sociales han obligado a que el usuario, consumidor de historias, pase de pasivo a activo. Paralelamente, los medios han de ser conscientes que crear estas nuevas experiencias narrativas no es pasar de lo cierto a la ficción. No hay que huir de la realidad ni crear otros escenarios en el terreno periodístico, sólo hay que construir y evolucionar la narrativa periodística.
No obstante, las herramientas digitales no son para ilustrar una realidad, son para narrarla. El proceso de crear una historia coherente o un conjunto de historias a través de múltiples medios de comunicación es importante, pero el formato final dependerá del contenido, el alcance y la magnitud de su propuesta. Lo principal siguen siendo las ideas, encontrar las historias y saber contarlas con rigor y calidad.


El periodismo es transmedia por naturaleza

Si bien hasta ahora los relatos transmedia han preponderado en la esfera del entretenimiento y la ficción, el periodismo cumple muchos de esos criterios definidos por Jenkins y creo que debe ser uno de sus precursores si quiere sobrevivir. Al fin y al cabo el propósito de una noticia Transmedia es informar a los lectores de la mejor manera posible usando una combinación de medios, algo que no debería asustar, ya que la publicación en Internet ofrece los recursos para armar texto, audio, video, e imágenes en un paquete de cobertura global.
No hay que inventar nada que no se haya hecho con anterioridad en otros contextos, solo falta poner todos los ingredientes juntos en una misma historia y pensar en la mejor manera de contarla, aprovechando las potencialidades de cada medio en beneficio del relato.
Nada mejor que la del periodismo para cumplir los dos requisitos esenciales de la Narrativa Transmedia: contar una historia a través de varios medios y abrir la participación de las audiencias en la construcción de ese mundo narrativo.
Volviendo a Carlos A. Scolari, doctor en Lingüística Aplicada y profesor en comunicación, ratifica en su blog Hipermediaciones.com: “El periodismo cumple las dos principales condiciones que caracterizan a las narrativas crossmedia”
“Estamos en presencia de una historia que se cuenta a través de varios medios (web, RSS, blogs, radio, televisión, prensa impresa, etc.) y a su vez que está enriquecida con los aportes de los usuarios (blogs, comentarios, tweets, llamadas telefónicas, cartas al editor, etc.)”, relata este experto en nueva ecología mediática.
El fotoperiodista Kevin Moloney también da buen ejemplo de ello en el artículo “Transmedia Journalism in Principle”, donde señala: “Los periodistas necesitan encontrar el público a través de un paisaje mediático muy diverso en lugar de esperar a que venga a nosotros. Los días de la audiencia cautiva han terminado (…). Cuando simplemente reutilizamos la misma historia para diferentes (multi) medios, perdemos la oportunidad de llegar a nuevos públicos y de participar de diferentes maneras. ¿Por qué no utilizar esos medios diferentes y sus ventajas individuales para contar las diferentes partes de unas historias muy complejas? ¿Y por qué no diseñar una historia para difundir a través de diferentes medios como un esfuerzo único y coherente?…”


Paralelismos entre los principios de las Narrativas Transmedia y el periodismo

En su blog, Kevin Moloney también explica que si analizamos los criterios fundamentales del Transmedia Storytelling definidos por Jenkins, nos damos cuenta que muchos ya son propios de los medios de comunicación tanto en la antigüedad como en el periodismo digital actual.
Si analizamos el criterio de expansión, por ejemplo, casi todos los medios de comunicación tratan hoy en día de aprovechar las ventajas de las redes sociales para multiplicar el impacto de sus noticias.
En cuanto a la profundidad, en el periodismo su aplicación estaría relacionada con el uso de los hiperenlaces de tal modo que ofrecieran otras visiones y complementos de la información relacionada dentro y fuera de las páginas propias del medio.
“La continuidad la lograríamos manteniendo una coherencia a través del enfoque editorial y del estilo”, añade el investigador. Y si hablamos de inmersión, de subjetividad y de construcción de mundos, los periodistas tenemos una larga experiencia en construir imágenes mentales del mundo en los que nos informamos, narramos historias a través de los ojos de diferentes personajes implicados en el relato y exploramos un mundo complejo para describirlo de la manera más esclarecedora posible.
Finalmente, para Moloney, la extraibilidad en el periodismo podría responder a la idea de que la información que recibe el lector a través de sus fuentes de noticias cambia sus acciones cotidianas y lo compromete en la comunidad. “No hay que olvidar que una de las finalidades del periodismo es inspirar al público a la acción y a la participación en la democracia”, sentencia.
En su tesis “Porting Transmedia Storytelling to journalism (2011)”, Moloney también se pregunta sobre qué historias se prestan más al relato Transmedia y concluye que son las historias de investigación a más largo plazo las que se pueden aprovechar más de las Narrativas Transmedia, “aunque las historias cortas e inmediatas también pueden ser exploradas en un proyecto más amplio y se prestan mejor para ser contadas en un medio u otro”.
Además ofrece un enfoque interesante al papel del periodismo participativo, imprescindible en la Narrativa Transmedia, al subrayar que mediante la adopción de técnicas de narración Transmedia, los periodistas también pueden conectar con los fans y darles una razón para comprar. “Una vez conectados, los fans se vuelven públicos más informados y la columna vertebral de una democracia funcional”, argumenta.
Volviendo una vez más a Carlos A. Scolari, en su libro “Narrativas Transmedia. Cuando todos los medios cuentan” también dedica un capítulo a explorar el territorio de la producción periodística desde una perspectiva transmedia y rescata el concepto del “newsgaming”, usado para los casos en los que los relatos informativos confluyen con los videojuegos. Sería algo así como valerse de las dinámicas de los juegos y de simulaciones para expresar un mensaje.

Las infografías interactivas, otra estrategia lúdica

Según Scolari, otra de las categorías que incluye el mundo del newsgaming es la formada por las infografías interactivas “sobre todo las que permiten al usuario cambiar las variables para observar los resultados sobre el sistema o comparar datos o las que nos permiten tener una visión general de un conjunto textual”.
Para el experto, este tipo de recurso periodístico se puede entender como una forma de Narrativa Transmedia “ya que se presentan como una extensión interactiva de los relatos periodísticos y hacen vivir al lector en primera persona una sensación de inmersión”.
Sea a través del newsgaming o de otras fórmulas todavía por desarrollar, actualmente el periodismo está necesitado de innovación, así que experimentar con las Narrativas Transmedia puede ser un camino inteligente para diferenciarse de una competencia feroz, de estrechar vínculos con sus audiencias y de explotar nuevos modelos de negocio.

Si el relato de hoy es Transmedia, el periodismo no puede ignorarlo.

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